La gente típica de la capital


Bueno vamos con la gente, acá la gente es muy rara, pero exageradamente rara. Todos miran raro a los extranjeros, y cuando yo no hablo piensan que soy italiano o español (porque me lo dicen o me hablan en italiano) y cuando hablo piensan que soy argentino o uruguayo, pero al decir que soy venezolano, no me creen. Es una total demencia. Y al saber que soy extranjero siempre quieren cobrarme más en todo, entonces me toca hablarles de manera local, aunque es difícil, para que no te cobren más o decir que tengo acá miles de años. 

La gente acá se le dice "CAPITALEÑO" por ser de la capital. Su hablar es bastante particular, ellos dicen L en lugar de R y L en lugar de R (ejemplo: verde = velde o el azul =  er azur). Hablan tan rápido que a veces no logro comprender y si pedis que te repitan porque no entendés, entonces van a gritar la misma frase como si uno fuera sordo.

La gente acá habla hasta por los codos, literalmente. Estás en cualquier lugar y comienzan a hablarte sin conocerte u opinan sobre una situación en particular. Y cuando me pierdo y trato de preguntar, las señoras son capaces de llevarme al lugar a donde voy por temor a que yo me pierda, son adorables algunas abuelitas.

La ciudad es muy ruidosa, todos gritan y puedo escuchar lo que hablan las demás personas mientras camino, porque es muy alto su tono de voz. El ruido no solo proviene de las personas, sino también de las motos y de los equipos de música que están encendido todo el día y todos los días a full volumen, sin importar el día. El día domingo, que en teoría es de descanso, acá es de fiesta, ya que es el día que más bailan, toman cerveza y escuchan música hasta altas horas de la noche y hasta podes ver grupo de música en vivo en la calle. El jugar dominó en esta ciudad parece ser el atractivo principal de los habitantes, es lo que hacen durante muchas horas a la semana.

Es común que las mujeres acá salgan a la calle con sus rollos (tipo Doña Florinda de El Chavo) y con una malla en la cabeza, por qué? No sé. Y las peluqueras son unas verdaderas artistas, hacen magia con las trenzas en la cabeza de las personas, producen unos estilos que nunca antes vi. 

Usar shorts no es típico en esta ciudad, lo que utilizan son los extranjeros visitantes o algunas personas los fines de semana. Y yo me niego a usar pantalón largo con este calor de locos.

Pronto les cuento más, por ahora estaré 5 semanas, literalmente, solo.

La ciudad y su rareza


En esta ciudad se respira de todo, cuando camino por la calle puedo ver gente que me mira de manera extraña porque saben que no soy de acá. A pesar de que hablan español, como yo, no puedo entender mucho porque es muy rápido y raro su hablar, espero poco a poco poder entenderlos.

Al caminar por el centro, yo suelo reirme mucho porque hay cientos de personas gritando lo que venden y con su acento tan gracioso, y ahí siguen mirándome de manera extraña. También es común que me ofrezcan sexo en la zona histórica, tanto hombres como mujeres. Cuando camino es normal que yo este transpirando litros de sudor, y debo andar con mucha agua en mi mochila.


El transporte es una total locura en la ciudad, para empezar no hay un sistema de transporte público, solo hay algo que llaman "Güagüa" que es como una especie de camioneta tipo "van", pero chatarrizada donde va un hombre colgado de la puerta gritando a los destino que va, ese hombre se le dice "COBRADOR" y al que maneja la guagua se le llama "GÜAGÜERO". También hay carros públicos (carro común destartalado que monta a 7 u 8 personas, cuando realmente entran sólo 5). Cuando querés quedarte en algún lugar solo tenés que gritar DÉJAME. Lo que medio funciona es un autobús que puede ser articulado o no, que llama "La Omsa" y a veces tienen aire acondicionado, esos tienen sus paradas establecidas, pero adentro no funciona el timbre para avisar la parada y debes gritar también, DÉJAME, pero como si estuvieras en una gallera. La ciudad también tiene un sistema de Metro, bastante bueno pero solo abarca pocas áreas de la ciudad, es muy pequeño el recorrido. El Metro es muy moderno para lo que podés esperar.


Cuando vas a abordar la "güagüa" el cobrador casi que te sube a las fuerzas y poco le entiendes lo que dice, y una vez adentro podés ver que hay asiento para 10 ó 15 personas y realmente hay como 20 ó más personas, unos encima de otros, literalmente COMO SARDINAS EN LATA.

Pronto les cuento un poco más sobre las visitas a la playa y otros recorridos por esta ciudad.

Cambios drásticos!

Mi venida a Caracas vino acompañada de muchos cambios en mi vida. Muy repentinos, drásticos y tenebrosos, que no pensé que fueran tan pronto.


Mi corazón no está en la ciudad

Hoy llega el otoño acá en el hemisferio sur del planeta y en el norte inicia la primavera. Como muchos saben, no me gusta el otoño ni el invierno, soy de la primavera y el verano. El otoño se me hace triste y el invierno casi que me hace llorar.


En este verano, que recién termina, fueron eternos mis días porque solo pude pensar en que esa persona, que se llevo mi corazón, vuelva o que estemos en la misma ciudad. A veces de mis ojos brotan lágrimas de amor o de tristeza, porque nunca antes había sentido lo que siente ahora mi corazón (que no esta conmigo).

Conocí a la persona ideal en el lugar equivocado, y esto no es lo típico para mí. Pero esa persona me atrapó con su encanto, su dulzura y su personalidad; lo físico también vale, pero como algunos saben, para mí el físico no es importante, yo valoro más lo que hay dentro de la persona y esta nueva persona tiene todo lo que gusta, el físico es como la cascara de la fruta, que casi siempre se desecha y lo que se come es lo que está adentro.

Cada movimiento que hago me recuerda a esta persona que se ha llevado mi corazón en un avión, pero pienso que si vos sos para mí, entonces vas a volver, solo tenés que seguir lo que dice tu corazón, porque es el único que siempre tiene la razón. Las demás cosas las podés hacer en compañía y con amor.